lunes, 2 de noviembre de 2009

La explosión desordenada de la ultrajante insolencia de un joven (Primer movimiento)

      Después de haber hablado en general de la magnífica Primera Sinfonía en Do Mayor op. 21 de Ludwig van Beethoven podemos centrarnos en el disfrute de su primer movimiento, aunque antes os voy a explicar un par de cosillas de tonalidad y forma musical para que nos entendamos todos en un lenguaje un poco más técnico que el usual, espero que no os resulte mucho coñazo.


      Primero entraremos con la cuestión de la forma, por ahora simplemente deciros que una Sinfonía se compone de tres o cuatro movimientos que son:


     1.-Un Allegro en forma sonata.

     2.- Un Adagio o un Andante.

     3.- Un Minueto o un Scherzo

     4.- Un Allegro en forma sonata-rondó.


      Este es el esquema básico de la mayoría de sinfonías, y también de esta. Decir que en el caso de que fueran tres movimientos se suele suprimir el minueto/scherzo. Lo que significan estas palabrejas en italiano lo iremos descubriendo a medida que escuchemos la obra.


      Bien, el primer movimiento en este caso es un Allegro con brio. El término Allegro no significa que tenga que ser necesariamente alegre, como parece indicar, sino que es una medida de la velocidad con la que se debe tocar (en aquella época el metrónomo se acababa de inventar, y aún no era de uso común, por lo que se usaban estos términos. Allegro en este caso significa rápido y “con brio” significa... pues con brío, no es difícil de imaginar, ¿verdad?


      ¿Pero qué es eso de forma sonata? Pues veréis, igual que un tema de rock tiene dos o tres estrofas y un estribillo que se intercala entre ellas, en música culta también se usan estructuras más o menos prefijadas (al menos hasta Beethoven, precisamente) y la de forma sonata es una de ellas. Esta estructura significa que el movimiento va a empezar con la melodía, el tema principal (que a partir de ahora llamaremos A), después va a modular (más adelante os explicaré que es esto) hacia otro tono para hacer sonar el tema secundario (que llamaremos B). A esta presentación de los temas (las dos melodías y armonías más representativas) se le llama exposición. Y una vez acabada la exposición, ¿qué pasa?, comienza lo que se llama Desarrollo. Durante el desarrollo estos dos temas principales van a ir siendo modificados, van a jugar entre ellos, van a mezclarse, ampliarse, disminuirse, etc. en muchas ocasiones hasta hacer casi imposible reconocerlos (al menos no sin antes un análisis profundo de la obra). Porque además, en el Desarrollo los temas van a ir desplazándose por muchos tonos distintos y en algunos casos bastante lejanos y con cambios muy abruptos. Pero claro, todo acaba, ¿y qué sucede cuando acaba el Desarrollo, cuando los temas ya no son reconocibles en ningún aspecto? Pues que se vuelve al tono original y otra vez a sonar el tema principal (A) para que, tras él, vuelva a sonar el tema secundario, pero esta vez en el mismo tono que el principal (a esto se le llama (B') siendo el conjunto de estos dos temas conocido como reexposición. Con esto el oyente queda satisfecho, toda la tensión que se ha construido a lo largo del movimiento, queda resuelta. Sé que está frase os puede sonar muy rara, pero la entenderéis perfectamente cuando escuchéis cualquier obra con esta estructura. Y, ya por último unos cuantos compases para acabar el movimiento (que es lo que se conoce como coda). Resumiendo, la estructura de la forma sonata es esta:


A B Desarrollo A B' Coda


      Aunque Beethoven aquí, antes de que empiece todo esto hace una pequeña introducción de sólo doce compases en Adagio molto (Adagio significa lento, y si es Adagio molto, simplemente es muy lento). Esto no es ninguna novedad, era bastante habitual en la época, y lo siguió siendo después, aunque no se daba en todas las sinfonías.


      Bueno, explicado esto de la forma sonata os vais haciendo una pequeña idea de lo que vamos a escuchar pero (y en serio perdonadme por el tostón, pero lo considero necesario para poder expresarme después con mayor claridad) aun os quiero dar una pequeña explicación sobre el concepto de tonalidad.


      La tonalidad de esta sinfonía, como bien dice su nombre, es Do Mayor. Es probable que hayáis oído que la quinta está en do menor o la sexta (“La Pastoral”) en Fa Mayor. ¿Pero qué significa esto y por qué hay obras donde no te lo dicen (por ejemplo en “La Consagración de la Primavera” de Stravinski). Os aviso de antemano que esto no es más que un simple resumen y, por lo tanto, va a contener muchas simplificaciones muy burdas, pero creedme que sobre la tonalidad se escriben cientos y cientos de libros, y ese tampoco es mi propósito, es sólo para que os hagáis una idea.


      La tonalidad es como el color de una obra, de hecho hay una enfermedad conocida como sinestesia cuyos enfermos pueden ver colores relacionados con la tonalidad de la música que escuchan. El hecho de que esta obra esté en Do Mayor implica que la mayoría de notas que vamos a escuchar pertenecen a la escala de Do Mayor (que, como supongo que sabréis es Do Re Mi Fa Sol La Si Do). La mayoría, no todas, a lo largo de la obra hay algún Re sostenido, por ejemplo, pero hay muchísimos mas Fa. Pero no sólo implica eso: debido al desarrollo de la cultura musical occidental (la que todos conocemos), hay notas de la escala que son más importantes que otras. En concreto las notas que más vamos a escuchar aquí son Do, Fa y Sol. ¿Por qué pasa esto? Bueno, es una cuestión principalmente histórica mediante la cual nuestro oído musical percibe en los cambios de una de estas notas a las otras una estabilidad mayor que en otros cambios . Para que lo sepáis ya, en música a cada nota de cualquier escala le corresponde un número ordinal (en este caso Do sería la primera, Re la segunda, Mi la tercera, etc.) y un nombre. La Primera nota de la escala (Do en este caso) se llama tónica, la cuarta (Fa) subdominante y la quinta (Sol) dominante. Dentro de estas la más importante es la tónica seguido por la dominante y después por la subdominante. Esto os puede parecer un poco abstracto así de entrada, pero si escucháis un tema de rock o de blues... ¡Sorpresa! Las notas que se repiten constantemente y sobre las que se basa el resto de la música son la Tónica, la Dominante y la Subdominante. Y es que esto no se da sólo en la música culta sino que es algo general de la música occidental. Fijaos en lo fundamental que es que hubo gente que pensaba que había algo intrínseco en estas relaciones de la escala que de forma natural las hacían superiores al resto. Hoy sabemos que esto es falso, por cierto, y de hecho, en las músicas de otras culturas las relaciones que predominan son otras.


      Espero que no os haya resultado mucho coñazo leer esto, en serio, aparte de que no es algo fácil de explicar (se me ha quedado en el tintero por qué en algunas obras no se indica el tono, pero lo explicaré cuando toque analizar alguna de ellas, que si no esto se alarga demasiado). Ahora viene lo divertido, comencemos a escuchar la Primera Sinfonía de Beethoven y a hablar sobre lo que estamos escuchando.O dejo el enlace al video que hay en Youtube de la Filarmónica de Berlín dirigida por Karajan interpretándola para que podáis escucharla mientras vais leyendo aquí. Y a los que les interese podéis descargaros la partitura completa aquí.


      Bueno, como sabemos este primer movimiento empieza con unos cuantos compases lentos y el tono de la obra está en Do Mayor. Los primero que escuchamos es... ¡un acorde que ni siquiera pertenece a esta tonalidad! ¡De hecho, un acorde disonante! Ahora a casi nadie le sorprende esto, pero fue un aspecto tan característico de Beethoven al comenzar sus obras y tan revolucionario en su momento que la gente se tiraba de los pelos y maldecía a ese loco (literalmente, en serio, lo de los pelos no lo sé, pero me lo imagino). Os explico qué es esto de un acorde disonante y por qué la gente lo flipaba (y de paso por qué Beethoven fue tan genial al hacerlo así). Un acorde es cuando tres notas distintas o más suenan a la vez. Dentro de los acordes, los hay consonantes y disonantes. Un acorde consonante es completo en sí mismo, suena bien, no requiere nada más (por ejemplo, al saber que la sinfonía estaba en Do Mayor la gente lo que primero se esperaba era un acorde de Do Mayor que es cuando suenan a la vez un Do, un Mi, y un Sol). Un acorde disonante suena mal, parece que o le sobra o le falta algo y, hasta la obra de Wagner, requería siempre que fuera “resuelto” es decir seguido por un acorde consonante de tal manera que la disonancia desapareciera. Pues bien, Beethoven aquí empieza con un acorde formado por las notas Do, Mi, Sol y Si bemol. Esto se conoce como acorde de séptima, de hecho , basta escucharlo para darnos cuenta de que es fuertemente disonante. Pero no solo es disonante, sino que técnicamente se dice que tonicaliza al acorde siguiente (un Fa Mayor). ¿Esto que significa? Pues que este acorde pertenece en realidad al tono de Fa Mayor. El acorde lo hace un tutti orquestal (cuando varias familias de instrumentos tocan a la vez) y su resolución, como ya hemos visto, es sobre un acorde de Fa Mayor, consonante sí, pero es la subdominante, no la tónica. ¿Qué efecto provoca esto? Por un lado que al principio de la obra no quede claro en que tono está, lo cual provoca sorpresa por parte del oyente cuando el tono se aclara. Por otro lado el empezar por un acorde disonante no define el tono, pero hace necesaria una resolución, y no sólo necesaria, sino esperada por el oyente, despertando así su curiosidad. Ya con el primer acorde Beethoven nos dice que estamos en un mundo distinto del de toda la música anterior y nos hace estar sorprendidos y curiosos. ¿Era o no era un genio el gran Ludwig?


      Después de unos cuantos acordes más sin definir la tonalidad somos conducidos a la dominante y así ya tenemos una idea de que estamos en Do Mayor... ¡pero es que el acorde de Do Mayor aún no se ha afirmado como tal! Y tras esto una bella melodía en los violines con suave acompañamiento del resto de la orquesta que nos llevan a otros acordes en tutti que tampoco pertenecen específicamente a la tonalidad de Do Mayor. Una nueva melodía en las cuerdas y por fin un Do en toda regla, ya sabemos donde estamos pero sólo 13 compases después de que empiece la obra, todo perfectamente preparado para que ese primer do con toda su fuerza coincida exactamente con el cambio del lento Adagio a ese Allegro con brio que da nombre al movimiento, y no solo eso, sino que nos hallamos también ante el principio del tema principal (el que llamamos A). Así, la tonalidad sólo es afirmada cuando empieza la exposición del tema, cuando nos metemos de lleno en el primer movimiento.


      El tema principal de este movimiento es más rítmico que melódico (algo muy característico de la obra de Beethoven) y es presentado en las cuerdas (los violines principalmente) aunque hacia el final del tema el viento (madera en concreto) va cobrando cada vez mayor importancia. Hacia el final del tema hay un crescendo (un aumento de la fuerza con la que se toca, para entendernos) y es en ese momento cuando se modula hacia Sol Mayor. ¿Qué significa esto de modular? Una modulación es cuando se cambia el tono en una obra, lo que se suele hacer es buscar un acorde común a ambas tonalidades (puede haber muchos muy pocos, depende de lo distintas que sean estas entre sí) y usarlo como una especie de puente. En este caso pasamos de Do a Sol, que si recordáis era la dominante de Do (la escala, para que nos entendamos, ahora sería Sol, La, Si, Do, Re, Mi, y Fa sostenido). Como ya hemos dicho el tema secundario se presenta en un tono distinto que el principal y el tono de la dominante (el que emplea Beethoven aquí) es el más habitual para una sinfonía en modo mayor. También hay un cambio en la orquestación, el tema ahora es presentado por los vientos (flauta y oboe al principio) y las cuerdas simplemente dan el resto de notas de cada acorde, en ocasiones con un arpegio. Como en el caso anterior las cuerdas vuelven a cobrar protagonismo otra vez hasta un tutti en fortissimo (a toda tralla, vamos) que da paso a la sección de desarrollo.


      A partir de ahora vamos a ir saltando de una tonalidad a otra y mezclando los temas casi constantemente. Para que os hagáis una idea la sección de desarrollo es donde el compositor muestra más abiertamente su genio musical siendo así, desde mi punto de vista, lo más importante de la forma sonata. Hay dos cosas que sorprenden en el desarrollo de este movimiento:


      La primera de ellas es que empieza con un tema que nada tiene que ver con lo que hemos escuchado previamente. Es un tema que presenta el oboe acompañado por las cuerdas. Es sólo en la melodía de los violoncelos donde reconocemos una melodía similar a la del tema B. Pero la melodía principal no se parece en nada. ¿Por qué pasa esto? Bueno, puede ser algo objeto de debate, pero desde mi punto de vista el tema del oboe es una variación del que posteriormente será el tema principal del segundo movimiento. Me baso en dos factores para decir esto, a pesar de que el compás es distinto (el compás para lo que no lo sepáis es la forma de medir la música) existe una similitud rítmica importante. Ambos temas están formados de notas ligadas (tocadas muy seguidas) seguidas de unas notas inmóviles (es decir que se toca varias veces seguidas la misma nota) en stacatto (el stacatto es lo contrario a las notas ligadas, son notas cuya duración se acorta produciendo así un efecto de sonido seco y cortante).


      La segunda de ellas es la curva melódica. Esto es algo que se puede ver muy fácilmente mirando la partitura aunque no se tenga ni idea de música. En este caso baja constantemente hasta el final, donde sube de golpe. Es decir, las notas son cada vez más graves hasta que de golpe se vuelve a tonos agudos. En la melodía principal del segundo movimiento pasa justo lo contrario.



La melodía de la que hablamos, como se puede ver, el movimiento general es una bajada, para subir de golpe en el último compás.


      Es por estos dos motivos por los que digo que este tema es una variación de aquel, pero ya os digo que esto depende bastante de la interpretación de cada uno (otra de las características del arte de las que ya hablamos). Desde mi punto de vista esto refuerza la unidad entre los movimientos de la sinfonía demostrado que todos están encadenados, otra muestra más de buen hacer en la composición musical.


      La segunda es que poco después de esto Beethoven indica que se debe repetir todo desde la exposición (pasando así de la clásica forma sonata ABDesarrolloAB'Coda a algo mucho más extraño ABPrincipio-del-desarrollo-AB-DesarrolloAB'Coda). Para que os podáis imaginar lo raro que es esto basta decir que Karajan, en esta interpretación no lo hace, pasa de la partitura, de hecho, nunca he tenido la oportunidad de escuchar esta sinfonía con la repetición que indica Beethoven (y si alguien la tiene y me la puede pasar estaría muy agradecido). ¿Se equivocó Beethoven al indicarlo? No creo, no es un error que suceda (directamente nunca pasa); así que sólo podemos suponer que el bueno de Ludwig quería efectivamente que se hiciera así cambiando con ello una de las formas musicales más firmemente establecidas. Lo malo es que nadie le hizo caso. Después cambiará de forma aún más profunda la forma musical en sus obras posteriores, ya hablaremos de ello en su momento, pero es interesante indicar que esta ansia por la evolución de la teoría musical ya se encuentra aquí (en una época que casi todos los críticos consideran cómo su periodo clásico), ¿cómo será entonces la música que hacía en su periodo más revolucionario? Lo veremos en su momento.


      El desarrollo de este movimiento nos lleva también a varios clímax importantes para al final volver al tono de Do Mayor y el tema principal en la reexposición, solucionando así toda tensión. Poco más que añadir aquí, se ciñe al esquema clásico: repetición del tema principal y del secundario en la tonalidad de la obra. Es interesante destacar que a partir de ahora Beethoven empieza a crear el clímax final mediante un tutti continuado donde la cuerda y el viento tienen la misma importancia.


      La coda final tiene también una pequeña extrañeza y es que su principio (el principio del fin, efectivamente) es similar al del desarrollo, pero pronto abandona esto para preparar una cadencia final (es decir, la serie de acordes que acaban el movimiento) muy bien elaborada y con mucha fuerza, algo MUY característico de la obra de este genio.


Y eso ha sido el primer movimiento. El video sigue hacia el segundo (un bello Andante cantabile), pero nosotros lo dejaremos aquí por hoy. ¿Qué os ha parecido? Espero no haber sido demasiado coñazo con tanta explicación, pero creo que son conceptos que hay que dejar claros para que os hagáis una idea de como trabaja un compositor y Beethoven en particular. También soy consciente de que no es una sinfonía muy conocida por el público en general (no tanto como la quinta ni de lejos) y sinceramente espero que os haya servido para descubrirla y disfrutarla. Os espero otro día para analizar el segundo movimiento.


1 comentario:

  1. Pues ante todo gracias por compartir tu sabiduría con nosotros, a mí, personalmente, me ha encantado saber más sobre este gran compositor y su arte, explicados de una manera concisa, clara y con toques de humor muy buenos que arrancan sonrisas. Sigue así de bien Fran, creo que ya te lo dije en una ocasión, pero lo repito: escribes muy bien y eso es un arte.

    Nos vemos, espero que pronto jejejeje.

    Un beso ;).

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